jueves, 11 de abril de 2013

El lugar más feliz II. Espacios de coworking y otras maravillas


La visita a Mari Jose y su taller me trajo a la mente algunos artículos que había leído sobre espacios de trabajo compartidos... no me costó nada encontrar multitud de cosas interesantes aquí en Madrid sobre el coworking:  oficinas compartidas, alquiler de puestos de trabajo, talleres con maquinaria disponible: un sueño para todos los que buscan un sitio donde volcarse de lleno en desarrollar una idea, producto o negocio.

Espacios como La Industrial, Espíritu23, Dcolab o La Fábrica de Cajas ofrecen espacios tipo oficina abierta, con acceso a internet, impresora, escáner, e incluso algunas ofrecen salas de reunión, sitio para talleres, conferencias, etc. Eso sí, están dirigidas a trabajos limpios y tranquilos, jeje. No está mal considerarlo como opción cuando tenemos que diseñar, hacer cálculos, gestionar la página web, actualizar el blog y en fin, todas esas actividades que no solemos contar como trabajo artesanal pero que forman parte del quehacer. Una vez que tenemos nuestro diseño proyectado y nuestra tienda on-line andando, pasamos a necesitar donde ensuciarnos las manos y hacer mucho ruido. Afortunadamente también tenemos opciones:

Entre las que recuerdo haber visto está La Manual en Malasaña, que es un espacio pensado para que artesanos y artistas desarrollen y vendan sus productos. Se alquilan puestos de trabajo, dan talleres y los fines de semana hay mercadillo. No lo he visitado en persona, pero en su web hay fotos muy bonitas del sitio. Por lo que he leído parece enfocado sobre todo a la costura, con lo que no lo veo muy compatible con la orfebrería pura y dura (por aquello del polvo del metal), pero quizá tengan espacios suficientemente separados para que las telas no corran peligro. Habrá que acercarse y preguntar.




Otro que recién descubrí hoy y que no deja lugar a dudas sobre si dejan ensuciar un poco más de la cuenta es el Taller Buenos Días, que se presenta diciendo que "es un espacio de trabajo para artistas y diseñadores en el que disponemos de un taller equipado para realizar todo tipo de maquetas, prototipos, esculturas u obras artísticas de cualquier clase" mientras que en las fotos de su página principal podemos comprobarlo: un taladro de banco, montones de madera, lijadora, esmeriles, sierra, una tabla de herramientas bien equipada, puestos de trabajo con iluminación independiente, internet.. ya se me estaba empezando a caer la baba de ganas cuando ta-daaa! el plato fuerte: cuentan con una impresora 3D, un plotter de vinilos y un láser de corte. Todavía no se a qué, pero de que voy, voy.





Una cosa común en todos estos sitios es la flexibilidad horaria: puedes comprar un pase de un día como uno para varios meses, definiendo que clase de servicios necesitarás, con lo cual puedes planificar para dedicarle a cada cosa el tiempo, lugar y recursos que realmente tengas disponible. Además el salir de casa y compartir con otros artesanos suena como una experiencia enriquecedora y divertida.

Definitivamente hay que probar.


miércoles, 10 de abril de 2013

El lugar más feliz I. El taller de Mari Jose

El lugar más feliz es la cama y punto.. no hay más que decir así que pasemos al segundo. ¿Cual es el lugar más feliz? Si preguntas a un artesano, sin duda te dirá que es su espacio de trabajo, ese sitio maravilloso sobre el cual ponemos las manos en nuestros sueños. Este espacio puede ser tan pequeño como una silla donde tejer o una tabla de algunos centímetros donde engarzar piedras, a edificios gigantescos llenos de maquinaria y herramientas.. incluso solo existir en el espacio entre tu mente y un cuaderno.

Hace poco recordábamos como completábamos los ejercicios de nuestro primer curso de orfebrería (hecho en los talleres de la Armando Reverón, en Caño Amarillo) sentados en la cama o en el piso, usando las esquinas de las sillas para calar y soldando en la cocina, sobre las hornillas encendidas para ayudar al soplete de lápiz a calentar la pieza. Todas las herramientas y materiales cabían perfectamente en un maletín pequeño, y ese era nuestro espacio.


Las primeras herramientas
Los primeros años en España vivimos en una residencia estudiantil y se hizo más difícil hacer cualquier cosa, además porque las herramientas se quedaron en Venezuela, pero llegó el curso en Granda y fueron meses de actividad diaria, aprendizaje, trabajo duro y montones de alegrías, sobre todo porque aprendimos a trabajar en condiciones prácticamente ideales y contando con gran cantidad de herramientas. Los talleres de Granda, tanto de metal como de madera son enormes, en consonancia a la magnitud de los proyectos que son capaces de llevar a cabo.  El impulso volvió y las ganas que estaban dormidas, renacieron. Poco a poco he ido armando mi taller, y creo que en este punto tengo todo lo que necesito (todo lo que quiero es otra historia, jeje).

Granda. Un taller en condiciones
La semana pasada visité a mi amiga Mari Jose. Nos conocimos en Granda y desde la última vez que nos vimos ambas hemos ido ampliando nuestros recursos,  manteniendo el contacto a través de facebook. Siempre hablábamos de cuanto cuesta lograr un espacio (tanto de sitio como de tiempo) para trabajar en casa y la semana pasada me invitó a conocer su taller! Fue maravilloso verla moverse entre herramientas, cajas, cosas terminadas, madera, metales, cosas en proceso.. tiene cosas preciosas, ha incursionado en el mundo de los mercados medievales, restaurado muebles, y un sinfin de cosas más.

El taller de Mari Jose en plena actividad
Nos tomamos un café hablando de todo un poco, y me contó como en casa se le hacía imposible trabajar (herramientas cortantes, materiales raros, niño pequeño y gatos no es una buena combinación), por lo que había conseguido alquilar el local junto a otra compañera artesana. Cuando esta tuvo que irse hizo un esfuerzo para mantenerlo, pues finalmente había encontrado un lugar donde estar a sus anchas y finalmente estaba produciendo con regularidad. Y es que el trabajo desde casa es de por sí dificil, y se convierte en casi imposible cuando  implica el manejo de cosas peligrosas, ruido, sucio, etc.

Afortunadamente con el banco de trabajo siento que encontré mi espacio y me encanta que ella finalmente haya encontrado el suyo.