sábado, 15 de diciembre de 2012

Árbol de Góndor. Empezando a grabar en alpaca



Me encanta el latón. Es suave para trabajar (no chilla cuando lo cortas) es firme (no se dobla tanto como el cobre) y la variedad de colores que da con la oxidación me parecen preciosos. Pero el mundo se divide entre lo que queda bien en dorado y lo que queda bien en plateado, y el Árbol de Góndor es de estos últimos. El primero que hice no fue un grabado, sino una figura calada y atornillada en relieve a una caja. Mi orgullo del curso de platería. Está hecho en latón bañado en plata y el proceso de hacerlo se puede ver aqui:


Como colgante ya lo había hecho dos veces; una en latón, probando una punta de alambre afilada que usaba para detalles finos antes de encontrar la pluma ideal, y otra por encargo en plata.. un colgante para chico. Ambos me dieron guerra, el primero porque no me sentía totalmente cómoda con la punta y tuve que corregir varias veces. El segundo (que también hice con alambre afilado, pero ya le había puesto un mango)  porque quería que quedara bien sin perder el toque de "hecho a mano", y porque al ser para un chico tenía que ser más bien discreto.


Después de considerar si volver a hacerlo en plata o hacerlo en latón y mandarlo a bañar, finalmente me decidí a grabar un nuevo árbol en alpaca. Me había resistido mucho tiempo porque sabía que era más dura, con lo cual tendría que volver a hacer pruebas de tiempo para las sales, acostumbrarme a una tensión mayor al cortarla y no sabía si la laca de bombillas agarraría suficientemente bien el metal o si, como pasa con la plata, comenzaría a despegarse al poco de sumergirlo. Ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes.

Sí, es más dura y necesita casi el triple de tiempo en las sales. Si, rompí una punta de corte de mi tenaza de agujeros antes de darme cuenta de que tendría que sudar usando el taladro de mano para ponerle la argolla. Pero por lo demás es prácticamente igual. La laca de bombillas le va perfectamente y se pule en un momento hasta tener un brillo de espejo. Es una alternativa bastante más económica a la plata de ley y me ha abierto una nueva gama de posibilidades en cuanto a color y acabado.

Me encanta mi árbol... este no va para la tiendita de etsy. Me lo quedo y esta noche va conmigo al cine a ver El Hobbit.


sábado, 20 de octubre de 2012

Esos productivos días lluviosos

Parece contradictorio. Los días lluviosos no provoca estar de pie congelándote frente al banco de trabajo, gastando los ojos con la poca luz natural y con herramientas frías entre las manos. Estos días son para levantarse tarde, no quitarse la pijama, tomar café en una taza enorme mientras escuchas la lluvia caer. Aún así pueden volverse muy productivos, pues son perfectos para ir haciendo acopio de accesorios: bufandas, gorros, mantas, guantes y todas esas cosas calentitas que vamos necesitando a medida que se acerca el invierno.

Como he comentado antes, me encanta tejer.. me relaja y me maravilla ver como poco a poco van surgiendo formas de lo que es un montón de hilo hecho bolita. Aquí en Madrid hemos tenido varios días perfectos para sacar la caja de labores y recordarle a las manos como manejar la aguja. Algo de música, bebida caliente.. y el tiempo vuela haciendo crochet. He aquí el resultado:


Confieso que soy algo perezosa y antes de arriesgarme a que como es común, deje alguna pieza a medio hacer, suelo preferir proyectos cortos, útiles y de satisfacción inmediata. Las bufandas cortas las hice en menos de un día cada una, y las largas en dos. Todas son combinaciones de los puntos más sencillos (cadeneta, punto bajo, punto alto) y salvo la mostaza que lleva algunos aumentos simples, todas son tejido circular, así que no hay ni que contar. 


Para aprender a tejer hay miles de tutoriales en internet.  Yo aprendí mirando y copiando a mi abuela que hacía vestiditos para las muñecas, así que no tengo muy claro el asunto de los patrones, pero me encantaría porque hay ideas geniales compartidas por este medio. En youtube hay muchos canales donde te enseñan paso a paso, como Esperanza Rosas de Tejiendo Perú, que te explica perfectamente desde una cadeneta hasta el más enreversado punto de fantasía. Aquí el tutorial inicial por si alguien se anima: 




Entre una y otra bufanda salió el sol, y para no perder la costumbre (ni bajar al chino a comprarlos) hice un par de botones utilizando discos de latón, el dado de embutir, algunos punzones, rotulador y pinzas para agujerear. 




Y eso es todo por ahora.. A ver si la semana que viene me trae inspiración, que tengo ganas de hacer cositas nuevas =)

Ya en Etsy

Ya en etsy la colección de El Hobbit. Pines o monedas, juntas o por separado, como las prefieras. A esperar la peli! aquí el enlace: 
https://www.etsy.com/listing/112681033/hobbit-metal-coinpin-collection

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martes, 9 de octubre de 2012

En un agujero en el suelo vivía un hobbit..



Hace un par de semanas fue el 75 aniversario de la publicación de El Hobbit, que junto con El Señor de los Anillos y El Silmarillion (oh, gran maestro Tolkien) básicamente me vuelve loca. Mi celebración ideal tenía que haber incluido dos o tres desayunos, canciones y cerveza, pero se quedó en estas tres monedas grabadas:

La puerta de Bag End,

Gandalf el Gris,



y Smaug el Dorado y la Montaña Solitaria.



   Estoy orgullosa de la profundidad (se aprecia mejor en la de Smaug) que logré combinando discos de 1mm de ancho y aproximadamente diez horas en el ácido. además estrené las pátinas de colores, que resultaron bastante fáciles de utilizar. Ahora estoy dudando en si dejarlas como monedas o ponerles un ganchito detrás para hacer pines.

Les dejo un par de enlaces en inglés sobre como lo celebraron por el mundo (es que hay gente que si que sabe divertirse, jeje)

Álbum de fotos del Hobbit Day Fan

Segundo Desayuno Hobbit


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Entintar

No se si la palabra existe, pero asi le digo y queda bonito, jeje. Una vez que tenemos claro el diseño que queremos grabar, procedemos a entintar el metal. Este procedimiento y las herramientas que usemos dependerán del tipo de dibujo que queramos hacer y el efecto que queremos conseguir. Por ejemplo, un grabado en relieve (se retira el fondo y el diseño sobresale)



o en hueco (se retira el diseño y sobresale el fondo) 



Yo suelo hacerlo en relieve o combinando ambos cuando solo quiero un delineado. Lamentablemente no nací con mano para el dibujo así que salvo excepciones, pocas veces me animo a entintar a mano alzada. Así que alabado sea el papel carbón, o de calco, que utilizo para pasar los diseños que imprimo al metal, siempre con cuidado de no tocar con los dedos la superficie. Otro método es hacer un bosquejo a lápiz, eligiendo uno no muy graso e intentando trabajar con líneas lo mas finas posibles.

Para el grabado en relieve, se cubre con tinta la parte del diseño que queramos que sobresalga (interior o líneas). Para las áreas grandes utilizo una pluma cuya punta termina en una bola mediana, con lo cual puedo tomar una cantidad considerable de tinta de una sola vez, poniendo una gota hacia el centro y llevándola hacia los bordes del dibujo. Para las líneas y partes más finas utilizo un plumín recto muy pequeño, al que limé los bordes para que no se enganchara. Tiene el inconveniente de que no permite cargar mucha tinta y hay que estar mojando a cada rato. Para proteger del ácido la parte de atrás utilizo un pincel cualquiera para extender una buena cantidad de tinta. 

Es importante no quedarse corto y repasar en caso de duda, pues cualquier burbuja, hueco o fisura en la tinta, por mínima que sea, va a dejar pasar las sales o el ácido de grabado. De igual manera, cualquier mancha de tinta en el lugar incorrecto va a impedir el grabado en ese sitio, dejando una marca en relieve.

dibujo picado por falta de tinta
Si el punto no es muy profundo se puede disimular con el pulido, y una marca puede ser rebajada con un motor de mano tipo dremel con punta para metal o cualquier otra herramienta similar, pero lo mejor es prevenir y tomarse un buen tiempo para verificar la pieza una vez seca la tinta (mínimo cuatro horas en el caso de la laca de bombillas), y rectificar en caso de ser necesario.

En caso de que queramos el diseño en el fondo (grabado hueco), se puede, bien entintar el fondo como si hiciéramos un negativo, o más común, extender tinta en  toda la superficie para después rascarla con ayuda de un punzón afilado si lo hiciéramos en seco o un punzón romo si fuese con tinta húmeda. el caso es dejar al descubierto el diseño que queramos que el ácido hunda o "se coma". No digo mucho más porque no suelo hacer este tipo de grabados, pero imagino que habrá que tener mucho cuidado en eliminar toda la tinta del área del diseño para que no queden las dichas marcas.

Un tip: algunos rotuladores permanentes (staedtler, sharpie de gama industrial) resisten suficientemente bien un tiempo corto en el ácido y pueden servirnos para sombrear o grabar con muy poca profundidad. En las tiendas de electrónica podemos conseguirlos pidiendo rotuladores para circuitos. 

Esta es la teoría, pero en la práctica se trata simplemente de encontrar una herramienta que te permita de la mejor manera posible, bien poner o bien quitar la cantidad de tinta que se necesite para crear el diseño. Yo he experimentado con toda cosa puntiaguda que me he encontrado (clips, herramientas viejas, bolis gastados, agujas de tejer, lápices y pinceles de todo tipo). Así que un punzón puede ser un destornillador, un trozo de alambre grueso afilado o pulido, hasta un portaminas cargado con una aguja. Las plumas viejas, dañadas, dobladas, etc. son ideales para modificarlas sin remordimientos. Y si lo que queremos es decorar el metal sin ningún diseño en particular, se puede entintar con esponjas, cepillos de dientes viejos, corchos, papel.. todo es ir probando. 



Algunos de mis instrumentos para entintar





viernes, 14 de septiembre de 2012

Llegaron mis pátinas de colores!


Etsy es un gran proveedor de pequeños tesoros, tanto cosas echas a mano como herramientas y materiales. Hace unos días me encontré con este pack de pátinas de colores para metal y no pude resistirme! Llegaron ayer y todavía no tengo idea de que voy a hacer con ellas, pero prometen mucho. 

Para quien le interese, el vínculo a la tiendita donde las compré, que tiene otro montón de cosas interesantes: http://www.etsy.com/shop/MetalMeThis 

miércoles, 29 de agosto de 2012

El metal y su preparación

Ya sea cobre, latón, alpaca, plata u otro metal el que se elija para grabar, la preparación es básicamente la misma: En primer lugar hay que elegir la forma que queremos, cortarla con la segueta o la tijera de latonero y asegurarse de lograr un acabado prolijo, con bordes suavizados, silueta repasada, etc. En tiendas de fornituras es posible encontrar círculos, flores, estrellas, rectángulos y muchas otras figuras ya cortadas, limadas y pulidas que permiten saltarse este paso.


Ejemplos de formas metálicas listas para grabar a la venta en etsy

Comprando estas piezas se ahorra tiempo y esfuerzo, permite mantener uniformidad en las piezas, ensucia menos, hace menos ruido (para los que trabajamos en un apartamento esto es vital), pero es más costoso, menos personal y en ciertos casos le resta encanto al trabajo. En uno u otro caso, es importante tener en cuenta el grosor o calibre que tengan, para poder jugar con la profundidad del grabado y porque es fácil pasarse de tiempo y agujerear la pieza. 0.5 mm es un buen grosor para empezar.

Una vez que se tienen las formas, lo siguiente es prepararlas para recibir la tinta, tanto por el lado del diseño como por detrás. Lo ideal es lograr una superficie sin óxido, desengrasada y lisa pero no completamente pulida. Esto último es para facilitar el agarre de la tinta. Lo primero es lavar con agua y jabón lavaplatos. Luego con una lija de agua muy fina (240 o más) o una esponja scotch-brite, lijar con suavidad y procurando mantener siempre el mismo sentido, hasta lograr que toda la pieza adquiera un tono mate. Tratar en lo posible de no tocar con los dedos la superficie del metal, agarrándolo por los bordes o utilizando guantes de tela limpios. 

Un tip: para las piezas pequeñas utilizo un cubo de manicura, de esos que traen limas muy finas para retocar uñas postizas. Es cómodo, deja un acabado bonito y cumple su propósito. Importante, salvo que sean lavables, lo mejor es reservar una lima para cada tipo de metal.

Los tacos para uñas acrílicas vienen bien para lijar cómodamente la pieza

Finalmente retiramos el polvillo, lo cual puede hacerse con un trapo seco, o con un algodón empapado en alcohol. Esta opción es preferible cuando no se está muy seguro de no haber tocado la superficie con los dedos, pues es un desengrase extra. La pieza ya está lista para ser entintada.




jueves, 23 de agosto de 2012

Tinta para grabado




Para grabar en metal existen montones de opciones, y se consiguen muy bien explicadas en internet. Yo mezclé varias de éstas, en base a los recursos que tenía a mano y lo que logré conseguir en las tiendas de bellas artes de Madrid. La tinta de grabado por lo general es una mezcla a gusto de cada artesano de varios ingredientes (resina, betún de judea, trementina, asfalto, almáciga, colofonia y muchos otros de nombres preciosos), quien a veces juega con éstos y sus proporciones para obtener dos o tres: una gruesa, de secado rápido, para enmascarar; una más suelta para los trazos finos, y una de secado muy lento para añadir detalles y sombras rascándola.

Como mis diseños no requerían mucho de esto y no disponía de espacio y materiales para elaborar mi propia mezcla, hice pruebas con varios productos y al final me quedé con una laca comercial resistente a las sales de grabado, al parecer en vias de extinción: la laca de bombillas. La elegí azul oscuro para tener un buen contraste con el metal y poder encontrar más fácilmente las burbujas y puntos no cubiertos, pero eso también es a gusto.



Los pros: es barata, efectiva y una vez que le encuentras el truco se aplica sin problemas con pluma. Puede usarse tanto para el diseño como para protejer bordes y áreas que no se vayan a grabar, sin tener que disponer de dos tintas diferentes. Se disuelve en alcohol o acetona y es fácil de limpiar una ves grabada la pieza.

Los contras: seca muy rápido y al ser dura no se raya con la facilidad de una tinta untuosa sino que salta en cristalitos, lo cual hace que haya que trabajarla todavía húmeda si se quiere sombrear/iluminar el diseño. No resiste bien los diseños delicados en plata, pues el burbujeo del ácido nítrico la termina levantando.

Por suerte para los que vivimos en Madrid existe Manuel Riesgo, donde se pueden encontrar los productos para preparar tu propia tinta, o directamente la laca de bombillas.





domingo, 19 de agosto de 2012

Los inicios. Más que orfebrería

Nuestra primera caja de herramientas

Pues heme aqui, a mis ventiocho años y luego de toda una vida de jurar que no tendría un blog (no por disgustarme la idea sino por desconfianza en mi voluntad de actualización), escribiendo una segunda entrada, que ya es algo. No tengo mas confianza.. solo aprovecho el impulso. 

Formalmente puede decirse que todo esto empezó con un taller de mes y medio de iniciación a la orfebrería, dictado los sábados en los talleres del Instituto Armando Reverón. Pero lo formal no es del todo lo cierto, pues es más que orfebrería y no es menos que toda mi vida. Recuerdo muchas tardes junto a mi abuela, que me entretenía recortando y armando aviones de cartón, coloreando formas geométricas, haciendo mis primeros puntos de crochet. Ella mientras tanto recortaba artículos interesantes del periódico, pegándolos con goma casera en revistas, que unía en libros, que clasificaba en tomos, que tenían índices preciosos de pulida caligrafía de maestra. Juntas les decorábamos las tapas con restos de papel de regalo de los cumpleaños. Ella también hacía dulces de frutas, decoraba botellas, cosía vestidos para los santos, coleccionaba semillas, enmarcaba láminas de paisajes y juntas probamos mil maneras de cocer las muñequitas de arcilla que un buen día me dio por hacer. Y es que respecto a manualidades, cada vez que yo le decía -abuela, ¿puedo..?- Ella decía que sí, y comenzaba a buscar formas de hacerlo, a revolver su cajón buscando fieltro, piezas de juguetes rotos, un poco de pintura. 

Total, que me viene de mi abuela esta necesidad de ocuparme las manos con algo, y conforme crecía aumentaban mis expectativas.. y tejí cestas con las hojas de la palmera del jardín, y forré montones de cajas de zapatos, e hice un marquito de madera con estantes para un espejo, y quedaron a mi paso hojas a medio deshilachar, cajas sin su mano de barniz,  proyectos nacidos y muertos de aburrimiento en el papel. También cosas más insólitas, como un cubo de vidrios quebrados que obtuve obligando a mi primo a robarse el carro y recorrer la ciudad  un domingo en la mañana, buscando una parada de autobús reventada. La quería para hacer un mosaico sobre una bandeja, que empecé y andará todavía dando vueltas en paquetes de cosas viejas,  arriesgándose a la basura cada vez que mi mamá limpia el lavandero de su casa. 

Abandoné la bandeja cuando me fui a Caracas, y ahí para matar el tedio de la infructuosa búsqueda de empleo, me dediqué a pasar horas mirando a la tía que me acogió en su casa, maravillosa costurera, convertir metros de tela en camisas perfectas y vestidos de sueño. Coser nunca se me dio bien, pero verla me inspiró a tejer faldas enormes de crochet que merecieron su sonrisa y que todavía luzco con orgullo. 

Luciendo una de las faldas en La Estancia

Siguieron los amigurumis, carteras tejidas, las pulseritas de macramé y un buen día, el regalo de un librito de joyería en alambre que me emocionó tanto que derivó en aquel sábado por la mañana, en un taller de Caño Amarillo, donde un profesor jovencísimo y de pintas raras me dijo: -Esto se llama soplete y lo primero es perderle el miedo.. enciéndelo-. 

Formalmente empezó mi vida de orfebre, pero lo formal, aún hoy, no es del todo lo cierto. 

Como siempre, un porqué



Para compartir, para celebrar, para enseñar y para aprender. Pero sobre todo, para recordar. 
Un poco de lo que hago, de lo que intento hacer, de lo que tengo y de lo que quiero. 
Metales, telas, hilos, pequeños tesoros de la basura, grandes caprichos a los que buscarle sentido y personalidad entre mis manos.
Artesanía, quiero creer.