sábado, 1 de octubre de 2016

Bad Wolf II. Remaches

Hace un montón escribí la primera entrada sobre el colgante Bad Wolf, que fue más o menos una pataleta por la falta de información que hay en las tiendas de fornituras acerca de sus propios productos y los materiales que están hechos. Esta vez quiero hablar sobre la construcción del colgante en sí y la técnica del remachado, que utilicé para colocar la flor. Además de ser bonita es fácil y muy útil cuando no queremos o podemos utilizar el soplete. 




Se le llama uniones en frío precisamente por eso. Podemos unir dos piezas sin necesidad de calor y gracias a esto puede usarse, además de con metal, con otros materiales y mezclarlos entre sí. Cuero, tela, cerámica (con muuucho cuidado), metales diferentes y de diferentes grosores, plástico, madera... en fin, prácticamente cualquier cosa que resista un par de martillazos. También puede utilizarse únicamente como elemento decorativo.




Como en todo, hay los más sencillos y los más complicados. Un remache consiste básicamente en aplastar los extremos de un alambre, tubo o roblón que hemos pasado por un agujero en las piezas a unir, a fin de que el metal se expanda y forme un tope que las mantenga unidas. A esto pueden sumársele mil variaciones. 

Para hacer un remache se necesita:

  • Remaches, por supuesto. Puede ser alambre de grosor suficiente (más de 1 mm preferiblemente), algún tubo o alguna de las muchísimas opciones comerciales que incluyen remaches de una cabeza, compuestos, tubulares con cabeza redonda o plana, con formas (corazones, estrellas, flores), industriales, de fantasía y un largo etcétera comprobable en un paseo por etsy. 

Remache tubular con cabeza plana

  • Un taladro con brocas del mismo grosor que el remache (alambre, tubo, roblón, clavo, etc), o tenazas de agujerear.
  • Martillo y tenazas de corte
  • Yunque, plano de acero o cualquier otra superficie firme donde podamos martillar.
  • Limas y papel de lija para las terminaciones.
  • Opcional 1: tenazas para remaches. Se usan para algunos modelos de remaches de fantasía que no pueden ser martillados directamente.
  • Opcional 2: Para remaches de piezas cóncavas vienen bien los embutidores, como en el caso del colgante Bad Wolf.
 
En caso de usar alambre tendremos que formarle la cabeza previamente, sujetándolo con un tornillo de banco o similar y martillando con delicadeza uno de sus extremos para aplanarlo. También se puede calentar la punta del alambre con el soplete hasta que se forme una bola y después aplanarla, lo cual nos facilita la tarea de crear una cabeza con suficiente material para expandir. Aquí un tutorial.





El proceso del remachado es bastante simple. Se hacen agujeros en las piezas a unir, del mismo tamaño que el remache elegido. Si se quiere que la pieza "baile", es decir que ambas partes se muevan libremente, se puede dejar algo de holgura, pero nunca mayor que la cabeza del remache. 

Agujeros en todas las piezas a unir


Los agujeros tienen que quedar bien terminados, sin rebabas y la pieza lo más acabada posible (patinada, pulida), pues luego esta tarea se va a complicar en el área. A mi se me olvidó abrir el hueco para el enganche del colgante, pero afortunadamente lo abrí con las tenazas perforadoras, que bien usadas hacen un corte limpio y no dejan marca que requiera pulido.

Antes de remachar, la pieza tiene que estar lo mejor acabada que se pueda

Se coloca el remache con la cabeza formada o la parte bonita hacia afuera y se recorta el sobrante, dejando medio milímetro de altura para cerrar la pieza. Se apoya en un tas, embutidor o soporte y se martillea con suavidad, expandiendo este medio milímetro sobrante hacia el exterior, formando una segunda cabeza hasta que la unión quede firme y lo más lisa posible, teniendo cuidado de no pasarse y deformar la pieza. 

Proceso de remachado del colgante Bad Wolf. El apoyo lo hice en un embutidor pequeño que cabía dentro de la flor para evitar deformarla.

A menos que se remache para dejar las piezas móviles, hay que tener cuidado de alinear bien todos los elementos, pues una vez que esté colocado todo quedará bien sujeto y modificar la posición es problemático, si no imposible sin quitar el remache. Después de esto solo resta limar un poco para alisar el remache, pulirlo y barnizarlo, si es el caso. A mi me tocó aparte de esto, abrir el agujero para el colgante. 

Y eso es todo, una técnica simple, decorativa y con un montón de posibilidades interesantes.